Crecimos con Mafalda, aprendimos Valores con Mafalda, supimos discernir incluso las normas y la Constitución Nacional con Mafalda, mas aun aprendimos a ser críticos y a no desentendernos de las cosas simples y mucho menos de las tremendamente difíciles como la economía, lo social en lo macro de nuestro país y principalmente ser parte de la familia.
Supimos ver en esa nenita a quien nos contaba lo que pasaba en Argentina y después de muchísimos años mirándola, leyéndola e incluso escuchándola entendimos también porque ella nunca creció… porque ella encarna a la Republica Argentina de ayer y de hoy, porque si miramos hacia atrás, y volvemos al presente vemos que nada cambio en Argentina… entonces como podíamos pretender que Mafalda creciera si la Republica Argentina no lo hacia. No hay que ser muy ducho para hacer ese paralelismo y mirar a Mafalda y ver a la Nación estáticas y críticas pero allí sin crecer.
Hoy se fue Quino y lo lloramos todos.
Nos deja una gran enseñanza, ser críticos del pasado, del presente y del futuro, encarnar los Valores en todos sus sentidos, la niñez, la familia, la amistad, el trabajo, la escuela, la salud, la política, y al leer todo esto el llamado sin tapujos a SER PROTAGONISTAS si realmente queremos ser parte de una REPUBLICA donde todos logremos nuestros sueños cumplidos en el mejor de los sentidos.
Hoy vemos como se van los BUENOS y lamentablemente los MALOS siguen de pie.
Hoy quiero pedirte que hagas un esfuerzo e intentes que la ida de Quino el PADRE de Mafalda no se vaya al olvido, y para ello quiero pedirte que juntos logremos recrear a la REPUBLICA y encarnemos el RENACIMIENTO para ser parte de la GENERACION que logre que Mafalda y nuestro País crezcan de una vez por todas.
Héctor Ricardo Huarte Presidente de APARFM Asociación Patagónica de Radiodifusores en Frecuencia Modulada y Presidente de FARBAP Federación Argentina de Radiodifusores de Baja Potencia.
El creador de Mafalda, una de las historietas más reconocidas en el país e internacionalmente, nació en Mendozael 17 de julio de 1932. De muy pequeño recibió el apodo con el que luego se volvería famoso. Lo inventaron sus padres andaluces para diferenciarlo de su tío, también llamado Joaquín, y de quien heredó su pasión como dibujante.
Mafalda es la tira latinoamericana más vendida en el planeta y en sus más de cinco décadas, nunca perdió vigencia: siguen en pie todos (o casi todos) los temas contra los que se indignaba la niña contestataria.
A los 18 años, Quino se mudó a Buenos Aires y, cuatro años más tarde, publicó su primer trabajo en el semanario Esto es. Su primer libro, Mundo Quino, se publicó en 1963, un año antes de que saliera a la luz su personaje más recordado, Mafalda, quien nacería en las paginas de Primera Plana.
Mafalda, la vecina más popular de San Telmo
Quino dibujó a su personaje estrella durante nueve años, entre 1964 y 1973. «Pero nunca terminé de aprender a dibujarla; tenía que calcarla», contó hace algunos años.
Entre los premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera se destacan la Orden Oficial de la Legión de Honor del gobierno francés y el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Fue en 2014, año en el que Mafalda cumplió 50 años.}
Quino y la creación de Mafalda
Después de Mafalda, Quino nunca volvió a tener un personaje fijo de historieta. «Lo dibujé nueve años y sigue vigente. Qué plomo, ¿no?», se preguntó él mismo en la apertura de la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en 2014, mientras confirmaba que le tiene mucho cariño a la pícara niña del moño por todo lo que le ha dado en su trayectoria.
El último homenaje
En julio último, en su cumpleaños 88, Mendoza le rindió un homenaje. Fue un especial sobre su vida y obra, a través de la plataforma de streaming. En ese momento, Joaquín Salvador Lavado recibió el «abrazo virtual» de miles de mendocinos, quienes le enviaron dibujos, videos, fotos y mensajes mediante la página de Cultura de la provincia cuyana.
Ese especial multimedia, denominado «Quinopedia», contó que en los últimos años de su vida, y luego de haber vivido en Milán, Madrid y Buenos Aires, Quino eligió establecerse en Mendoza, donde finalmente murió.