Nación dijo que quieren concentrar los esfuerzos económicos en las provincias que más casos tienen y eso dejaría afuera de la entrega de asistencias salariales y el bono de 10.000 a San Juan. Las preocupaciones de los empresarios y el doble impacto que tendría en San Juan.

Un joven matrimonio de comerciantes sanjuaninos, tienen una regalería en un centro comercial sanjuanino y la pandemia los tiene acorralados desde el inicio. Apenas se decretó el aislamiento obligatorio tuvieron que cerrar puertas y, con el poco stock que pudieron trasladar hasta su domicilio, empezaron a vender online cuando se les permitió. Las ganancias en esta etapa eran apenas suficientes para mantener la casa de ambos, pudieron aplazar el pago del alquiler, no sin antes tener que discutir con los propietarios, pero una de las mayores preocupaciones que tenían es que no podían pagarle a la única empleada que tienen, que asistía part time y sobre todo los fines de semana al local, ya que el grueso del trabajo lo hacían los mismos dueños.

El anuncio de los ATP, el aporte de hasta la mitad del sueldo por parte del Estado, supuso en parte un alivio: pudieron recibir algo de dinero para pagarle a la única trabajadora en relación de dependencia que tienen, aunque apenas les dieron $1.700. En plena crisis cualquier ayuda era bienvenida. Sobre todo teniendo en cuenta que según las cámaras sanjuaninas de comercio, pymes e industriales aseguran que los créditos bancarios privados que gestionó Nación fueron casi imposibles de conseguir.

Similar de una pyme industrial santaluceña que en los últimos meses recibió tres veces el dinero de ATP y con eso logró pagar en mayo el 50% de los ingresos de sus cinco trabajadores, según contó M.J., administrativa de la firma. En junio, con la reactivación de las actividades lograron subir un poco las ventas y por eso recibieron un porcentaje menor a la mitad y las cuentas se volvieron más complicadas pero sostenibles. Lo que pone en jaque los números, es que, cuando se paguen los sueldos en agosto tras el pago del aguinaldo, no contarán con esta ayuda. «Las ventas han subido algo, el día del padre ayudó porque sacamos productos para la fecha. Pero la verdad es que el cliente regular que teníamos era el sector de la construcción que no está comprando, más los problemas para conseguir algunos insumos y que los precios suben constantemente, pone en duda cómo vamos a llegar. Viene complicado», explicó. Ellos tampoco pudieron acceder a ningún crédito privado y el único apoyo concreto que tenían era el de los ATP.

Estas situaciones de empresarios sanjuaninos, que pidieron no dar sus nombres ni el de sus empresas, se repiten constantemente. Según el presidente de la Federación Económica, Dino Minozzi, el 65% de los trabajadores de los distintos sectores que integran la institución recibieron ATP durante los últimos meses. Esto incluye comercio, construcción y hasta agro. En el primer grupo estarían los empresarios que más han sufrido durante los primeros meses de la cuarentena, ya que pocos integraban la categoría de esenciales y recién volvieron al ruedo en mayo.

Sólo el 40% de los trabajadores de comercio habrían recibido la mitad de sus sueldos de parte de Nación, según el presidente de la Cámara de Comercio de San Juan Hermes Rodríguez. Esto parece poco, pero en realidad es un buen porcentaje de la fuerza laboral sanjuanina, ya que es el rubro privado con más puestos de trabajo en la provincia. Si realmente Nación deja de enviar los ATP a San Juan porque la provincia esto dejaría sin una «ayuda extraordinaria», como definió Rodríguez, a un sector que ha tenido una caída en las ventas del 23% en junio, que tuvo el salvataje extraordinario del Día del Padre.

El fin de los IFE, un problema para consumidores y empresarios 

A pesar de la preocupación de los comerciantes porque no tendrían el refuerzo de los ATP, el gran fantasma para agosto no es la falta de ese apoyo en el pago de sueldos, que ha significado «un alivio para las deudas, pero no una solución» y que incluso a muchos no le llegó. Uno de los miedos es cómo reaccionará el mercado cuando dejen de llegar los 1.500 millones de pesos que entran a San Juan a través del Ingreso Familiar de Emergencia, si es que se concreta lo que anunciaron funcionarios nacionales de que las provincias con mejor estatus dejarían de recibirlo.

F, el dueño del comercio de regalería, pudo reponer algo del stock de su local tras el aumento de ventas que significó el Día del Padre. «Una chica que nos compró un regalo para su papá nos contó que iba a ser el primer festejo sin llevar nada, pero que decidió destinar algo del IFE para llevarle aunque fuera una cosita. Así había muchos», contó. Es que el ingreso de dinero directo a las manos de los consumidores se convirtió, según Hermes Rodríguez, en una de las pocas cosas que movieron la aguja de los comerciantes. Esto y el aguinaldo a sectores públicos y privados se transfirió, sobre todo, a la venta de indumentaria. 

Pero los grandes beneficiarios serían los comercios de cercanía y sobre todo los alimenticios. Laura Vera, de la Asociación de Amas de Casa, explicó que la mayoría de los beneficiarios sanjuaninos son jóvenes que antes tenían trabajos informales y amas de casa o madres.

«Las mujeres son las mismas que tienen una Asignación Universal, pero que antes ya no les alcanzaba entonces salían a limpiar, a cuidar niños o a planchar en casas de familia. Con la pandemia esos trabajos no pudieron seguir así que el IFE sirvió para la comida de todos los días o para la ropa cuando llegó el invierno y a los chicos ya no les entraba lo de la temporada anterior», detalló Vera. Para la dirigente social esto es lo más preocupante: en las casas más vulnerables esos 10.000 pesos que recibían iban a cosas esenciales y si ahora desaparecen algunas familias deberán resignar pagar la luz, comprar la garrafa o hasta una comida diaria.

Los más jóvenes en su mayoría también terminaban aportando el grueso del bono a la economía hogareña, ya que los padres suelen tener menos facilidades para acceder a medios electrónicos y poder pagarlos. Pero también había algunos gastos no esenciales, como un regalo del día padre, que significaban volcar ese dinero a emprendedores o pymes sanjuaninas.

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