A favor y en contra, en serio y en broma, las redes sociales se hicieron eco del anuncio que hizo hoy Adorni; la modificación se haría por decreto

El anuncio, en la cuenta de X del vocero presidencial Manuel Adorni, de que el Gobierno propiciaría el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner por el de Palacio Libertad suscitó comentarios en la misma red social, en especial porque la propuesta está emparentada con el “campo semántico” del oficialismo (La Libertad Avanza). Para hacer el cambio definitivo, se debería derogar la ley 26.794, de 2012, cuando el oficialismo de entonces cambió el nombre de Centro Cultural Bicentenario al actual. En Buenos Aires existe, no lejos del “exCCK”, el Edificio Libertad, sede de la Armada.

De todos modos trascendió que la modificación, parte de la “deskirchnerización” puesta en marcha por el Gobierno, podría realizarse por decreto.

A favor y en contra, intelectuales y periodistas se manifestaron sobre la iniciativa difundida hoy mediante el sucinto mensaje de Adorni: “Palacio Libertad. Fin”. También se hicieron bromas al respecto.

“Fui el primero y casi en soledad que propuso sacar toda la simbología kirchnerista del CCK y de todos los lugares de cultura. Así que celebro que empiecen a hacerlo. Dicho esto, el nombre ‘Libertad’ parece adecuado para una fundación de ideas; para un centro cultural, no”, expresó el escritor Marcelo Gioffré en X.

El exministro de Cultura Pablo Avelluto aportó otra perspectiva: “La política de los nombres no me interesó nunca. Por mí se puede llamar Palacio de la papa frita. La libertad es otra cosa. Lo importante en un centro cultural es lo que sucede puertas adentro y no el cartel en la puerta”.

“Ponele ‘Libertad’ a cualquier cosa. La inflación de los términos ‘libertad’ y ‘libertario’ y su perversión no tiene que impedir disputar esas palabras”, reflexionó el filósofo Luis Diego Fernández. Y su colega Diego Singer opinó: “En el Palacio Libertad se prohíbe usar el nombre Kirchner. Vamos entendiendo”.

El periodista Hugo Paredero, crítico del Gobierno, escribió: “Se apropiaron de una palabra que amo: libertad. Estigmatizaron una palabra que respeto: estado. Enarbolaron una palabra que detesto: desregulación. Violaron una palabra matriz: soebranía. Sin palabras”.

Para el historiador Fabio Wasserman, “Palacio Libertad parece el nombre de un petit hotel de recoleta o retiro que estaba venido a menos y lo arreglaron para eventos y un restaurante cheto. De hecho podría estar en la calle Libertad”.

El diputado Hernán Lombardi, que integra la Comisión de Cultura en la Cámara Baja, escribió: “Palacio Libertad. Es un gran nombre. Nadie es la Patria. Pero todos lo somos. Jorge Luis Borges”. “Me gusta Palacio Libertad. Muy buena idea. Es una de las palabras más representativas de nuestra nación”, posteó el escritor Marcelo Birmajer.

La periodista Lana Montalbán aprobó el nuevo nombre, no sin lanzar una advertencia. “Me gusta. Espero la conserven”. “Ahora que se llama libertad, es 10 veces más lindo”, ponderó el cineasta y publicista de la campaña presidencial de Javier Milei Santiago Oría.

Daniel Gigena

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