Se trata de “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”; ahí cuenta cómo derribó con su cañón antiaéreo el Harrier de Bob Iveson

Ramón Garcés era un adolescente de 18 años como tantos cuando llegó a las Islas Malvinas

Ramón Garcés era un adolescente de 18 años como tantos cuando llegó a las Islas Malvinas, nada menos que para combatir en la guerra como soldado conscripto raso. Estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio en la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia. Aprendió a manipular armas en el territorio, como la mayoría de sus compañeros. Y el 1º de mayo, a un mes del desembarco, se convirtió en protagonista obligado de una situación tan inesperada como insólita: fue dado por muerto luego de volar por los aires durante el feroz ataque inglés a Darwin.

Pero Garcés estaba más vivo, conmovido y certero que nunca. Lo demostró en el hostil terreno. Carente de instrucción y preparación alguna, con apenas dos clases de “capacitación” en un deteriorado pizarrón, fue obligado en la práctica ante las bajas que venían soportando a hacerse cargo de la batería antiaérea abandonada por el suboficial especializado a cargo. Y tras durísimos combates con los Harrier que atacaban Darwin y Pradera del Ganso (Goose Green, para los ingleses) tuvo en su mira el avión que piloteaba el experimentado comandante Bob Iveson. Lo impactó y derribó.

Su historia personal y esa proeza dio lugar a la creación del documental “De la vida y de la historia: Memorias de Ramón Garcés sobre Malvinas”, dirigido por Noelia Medina, que acaba de presentarse. Y al recorrer las redes, llegó a manos de periodistas de todo el mundo, entre ellos un grupo de escoceses que intentaron armar un show televisivo en el Reino Unido, buscando sentarlo frente a frente a Bob Iveson, que milagrosamente logró sobrevivir al ataque de Garcés. La intención del programa era recrear los trágicos momentos vividos por ambos durante el conflicto bélico.

Les urgía la respuesta porque querían realizarlo con miras al 39° aniversario del inicio de la guerra del Atlántico Sur por la soberanía de las Islas que enfrentara a la Argentina y Gran Bretaña, a cumplirse el próximo 2 de abril de 1982.

El estreno de este video y su multiplicación en redes despertó un especial interés de productores de la BBC de Londres y del diario más popular de Reino Unido, el tabloide sensacionalista The Sun, para la realización de un programa de televisión. La oferta para Garcés incluía pasajes, hotelería, comidas, turismo interno y unas cuantas libras esterlinas para él.

Pero los entusiastas productores británicos se encontraron con la tajante negativa de Garcés: “Lo hacemos cuando devuelvan nuestras Islas y en mi país. Por mi parte, considero que me convertiría en un hipócrita si me prestaba a montar un show mediático, ya que hace 39 años, yo no tenía ni idea que el derribado era Iveson y él tampoco sabía quién lo derribó”.

Garcés sonríe orgulloso por haberse negado a prestarse al pretendido show mientras rememora que cumplió sus 19 años en las islas el 13 de mayo de 1982, y que su pasión por aquellos tiempos estaba puesta en el vóley: lo jugaba en el club Ferrocarril Oeste y había sido convocado para integrar la Selección Argentina Juvenil, justo días antes de ser enrolado para defender Malvinas.

Su sueño deportivo se esfumó, ya que cuando pudo regresar de las islas había perdido 14 kilos y se encontraba en muy mal estado físico, situación que no le permitió formar parte del equipo para el mundial que se jugó en la Argentina en octubre de ese mismo año.

"Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés", contó
«Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés», contó

Garcés, quien fue postulado al doctorado Honoris Causa en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) por lograr tres títulos universitarios (Licenciado en Ciencias Políticas, Administración Pública y Deportes) ya había tenido una experiencia importante ligada al arte audiovisual por sus intenciones de visibilizar una problemática que vinieron padeciendo los excombatientes de Malvinas: los más de 500 suicidios que se produjeron hasta la fecha. Por ese motivo redactó el guion del film “Entre Dos Mundos, una película de posguerra”, protagonizada por Coco Sily y producida por el manager Jorge Zonzini.

El film, ya emitido en televisión, participó de varios festivales internacionales, integra actualmente las plataformas del INCAA y el canal CINE.AR, y ahora será difundido en el Auditorio de la Cancillería Argentina promovido por la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur.

En diálogo con LA NACIÓN, Ramón Garcés se sincera: “¿Me pedís sensaciones? Muchísimas. ¿Sabés una cosa? Mi objetivo en la guerra no era matar, sí defenderme, luchar, dar pelea. Muchas veces tuve que disparar al cuerpo del enemigo con mi cañón, pero lo hacía para que mis compañeros pudieran sobrevivir al ataque que teníamos cada vez más cerca. Estaba la vida de ellos en juego y yo pensaba que con mis disparos los estaba salvando, no que estaba matando al adversario”.

En el libro que escribió, Malvinas, la batalla de Darwin y Goose Green, Garcés cuenta su traumática experiencia de primera mano, de alguien que lo vivió desde la trinchera. Y confiesa sin ningún pudor que estuvo 25 años sin querer hablar de Malvinas, hasta que encontró su momento interior que lo impulsó a convertirse en un referente de la comunicación del conflicto. “¿Si me quedaron miedos? Cuando escucho una sirena de bomberos o ambulancia es muy fuerte, me paraliza. ¿Sabés por qué? Porque era el sonido que atronaba para advertir un ataque inglés. Así comienza el documental, con ese estruendo que le permite al público sentir por un instante lo que nosotros padecíamos a cada rato, una verdadera tortura”, concluye.

FUENTE Miguel Braillard LA NACION

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