“LA TRAGEDIA DE LOS OTROS SON SIEMPRE DE UNA BANALIDAD EXASPERANTE “ (OSCAR WILDE).

“ES FEO SER DIGNO DE CASTIGO, PERO POCO GLORIOSO CASTIGAR” (MICHEL FOUCAULT).

“LA PENA CAPITAL MATA DE INMEDIATO, MIENTRAS QUE LA CADENA PERPETUA LO HACE LENTAMENTE. ¿QUIÉN ES MÁS VERDUGO? ¿ EL QUE TE MATA EN POCOS MINUTOS O EL QUE TARDA TODO UNA VIDA?” (ANTON CHEJOV).

     En una sociedad democrática la gestión de la conflictividad pasa por el tamiz de las políticas públicas; de modo que la utilización del sistema penal es la “última ratio”, o sea, en definitiva, el reconocimiento por parte del estado de la ausencia o el fracaso de aquellas.

    En otras palabras, el andamiaje punitivo siempre llega tarde pues actúa sobre las consecuencias provocadas por los conflictos sociales -más o menos graves-.

   Sin embargo, la respuesta institucional contiene una buena dosis de violencia, bajo el eufemismo de cárcel que aún hoy mantiene la lógica de los albores del capitalismo, esto es, de la “fábrica”.

   El encierro constituye, entonces, el principal espejismo a través de los denominados discursos “re” que son las falsas finalidades de las rejas que estriban en la “readaptación” o “resocialización” o “reinserción” o “reeducación” o ….

   Lo cierto es que en una mazmorra medieval se cometen hechos delictivos de mayor envergadura que los perpetrados en las calles por provenir de funcionarios obligados a garantir la vida, dignidad e integridad psicofísica de otros seres humanos.

   Sin embargo, esta discusión reviste extrema complejidad ya que, interesadamente, se prescinde cuestionar comportamientos también de autoridades, en particular las que ostentan mayor jerarquía, que lesionan bienes jurídicos contemplados en el Código Penal.

Es el movimiento pendular de la maquinaria del castigo que oscila entre la inflexibilidad con los sectores desaventajados y el relajamiento con quienes patentizan posiciones de privilegio.

Ahora… ¿cómo se genera un cambio radical si la prisión es sólo una jaula para depósitos, fundamentalmente, de carne pobre?.

Lo primero es partir de un reconocimiento pues como advierte Nelson Mandela: “NADIE CONOCE UNA NACIÓN DE VERDAD HASTA QUE HA ESTADO DENTRO DE SUS CÁRCELES”.

La respuesta de fondo es la creación-colectiva, no de iluminados ni alucinados- de un paradigma político superador del modelo demo- liberal- burgués sin caer en la confusión de equiparar las enseñanzas de Marx con las experiencias de los denominados “socialismos reales”.,

Es el nacimiento de una deliberación profunda y extensa  que involucra a toda la comunidad ya que significa la ruptura de añejos moldes  insatisfactorios por no contener  las soluciones adecuadas a problemáticas que exigen novedosos e inéditos abordajes.

En la historia de la humanidad la punición más severa se inicia con el “destierro”, lo reemplaza luego la “pena de muerte” y a ésta la sustituye “la jaula” que perdura hasta la actualidad.

Una invitación al debate porque parafraseando a Michel Foucault: “NO SOY PROFETA, MI TRABAJO ES CONSTRUIR VENTANAS DONDE SOLO HABÍA PARED”.

DR. GUSTAVO MORALES

 Abogado

Penalista

MP 3924

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