Con una abrumadora mayoría, la Cámara de Diputados dio ayer media sanción al proyecto de ley de sostenibilidad de la deuda bajo legislación extranjera, una iniciativa impulsada por el Poder Ejecutivo y acordada con todos los bloques de la oposición, salvo la izquierda. Empoderado con este amplio respaldo, que se reeditará la semana próxima en el Senado, el Gobierno espera encarar las negociaciones con los acreedores con una mayor fortaleza política.

Tras un debate de casi cinco horas, el proyecto obtuvo 224 votos positivos y solo dos negativos. El Senado, presidido por Cristina Kirchner, tiene previsto convertirlo en ley el miércoles próximo. En la Cámara baja, la discusión transcurrió sin dificultades, aunque oficialismo y la oposición no pudieron evitar el duelo verbal sobre quién fue el responsable de la situación actual de la deuda pública argentina, la cual ronda los US$340.000 millones. El proyecto de ley no precisa el monto de la deuda que se va a reestructurar -se estima que rondaría el 20% del total-; solo establece las reglas para la renegociación que Guzmán ya inició con los acreedores.

Una de las reglas que contempla el proyecto establece la prórroga de la jurisdicción extranjera para la futura emisión de deuda que se acuerde en la renegociación. Además, se dispone que las comisiones para los intermediarios (bancos de inversión y agentes de información, entre otros) no podrán superar el 0,1%.

Solo hubo dos votos negativos, de los partidos de izquierda
Solo hubo dos votos negativos, de los partidos de izquierda 

En rigor, oficialismo y oposición no discutieron sobre la letra fina del proyecto, sobre el que estaban en general de acuerdo. El debate giró en torno de la responsabilidad que uno y otro tuvieron en el aumento de la deuda pública argentina. De hecho, al cierre de la sesión, el jefe del bloque del oficialismo, Máximo Kirchner, no perdió la oportunidad de echarle en cara a la oposición las palabras del expresidente Mauricio Macri, quien en una charla informal con dirigentes de Pro en Villa La Angostura responsabilizó a sus excolaboradores de no haber limitado a tiempo la toma de deuda durante su gestión.

«Yo saludo la posición de la oposición de acompañarnos hoy. Pero de que hay responsabilidades en el endeudamiento argentino no hay dudas, y si hay un nombre y apellido que es responsable y que encima tuvo el desparpajo de echarle la culpa a su propio partido político es Mauricio Macri», asestó Kirchner. «Aquí lo que tenemos que hacer es decirle nunca más a la deuda externa y empezar a elaborar entre todos una política económica que elimine de plano este problema en adelante».

Desde Juntos por el Cambio rechazaron los argumentos del oficialismo, al enfatizar que la deuda a reestructurar no solo es la que se contrajo durante el gobierno de Macri, sino que también incluye los bonos 2005 y 2010, emitidos durante el gobierno kirchnerista. «Es deuda que ha signado toda la historia argentina y lleva la responsabilidad de todos los gobiernos», enfatizó el diputado Gustavo Menna.

«Estamos al lado del Gobierno en lo que necesite en materia de refinanciación de la deuda -enfatizó el jefe del principal bloque opositor, Mario Negri-. Pero no basta decir que necesitamos crecer para poder pagar. Necesitamos saber cómo vamos a crecer, cuáles van a ser los motores del desarrollo económico, cuál será nuestra política para exportar».

El presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller, celebró el acuerdo, y si bien admitió que no era necesaria una ley para enmarcar la renegociación de la deuda, esta «servirá para «la fuerza negociadora» que encara el ministro Guzmán con los acreedores.

El diputado Jorge Sarghini, de Consenso Federal, coincidió. «Vamos a acompañar la reestructuración. El solo hecho de estar al límite del default es una situación de emergencia», enfatizó. A su turno, el jefe del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, José Luis Ramón, reclamó que representantes de las provincias estén presentes en la negociación de las deudas locales. También embistió contra la política de endeudamiento del gobierno de Macri, lo que desató la reacción de Elisa Carrió (Coalición Cívica), quien se acercó a la banca de Ramón, se burló de sus anteojos y refutó sus palabras. «Es usted una maleducada e irresponsable», respondió el mendocino. Fue el único altercado en una sesión casi sin contratiempos. La diputada explicó después que quiso apurar la sesión para que terminara antes del cierre del mercado de Estados Unidos.

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