Déficit de infraestructura: una bomba de tiempo sanitaria
El año pasado Fernando Espinoza volvió a ser electo como intendente. Al completar su mandato en 2023 marcaría 40 años ininterrumpidos del Partido Justicialista al frente del municipio, desde 1983. Bajo la administración de gobiernos nacionales y provinciales de diversos signos políticos patronales, y con el PJ matancero siempre al frente del ejecutivo local, el distrito tiene estadísticas que reflejan niveles de atraso y abandono que impresionan. Según el informe del observatorio social de la UNLAM en el distrito hay un total de 122 asentamientos y villas en la que miles de personas viven en condiciones que hacen inviables respetar la cuarentena. A la necesidad de un espacio habitacional elemental se suman la carencia de servicios básicos. En la extensión del distrito coexisten tres cordones socioeconómicos. Tomado de conjunto, hay un 40% de la población que no tiene acceso a cloacas. Si nos enfocamos en el tercer cordón, se registra que sólo el 3% de la población tiene acceso a cloacas.

Por otro lado, la mitad de las calles del distrito se encuentran aún sin asfaltar, un 40% de la población no tiene acceso al suministro de gas natural, las obras hídricas siguen siendo insuficientes y así, cuando se presenta una tormenta más o menos fuerte, se generan nuevas inundaciones. Según un informe sociodemográfico y de salud del partido de La Matanza de Acumar (2014), la mortalidad infantil es de 12,24%, siendo el mayor de la Cuenca Matanza-Riachuelo, integrada por 14 municipios. La principal causa de muerte en niños menores de 1 año es de origen perinatal, esto es superior a la tasa del total de la Cuenca y de la Provincia de Buenos Aires, al igual que la mortalidad por causas respiratorias. El informe detalla: “Las viviendas inadecuadas, en hacinamiento o deterioro, en asentamientos informales o donde hay inseguridad de la tenencia, se asocian con lesiones, problemas respiratorios, enfermedades infecciosas y problemas de salud mental. La humedad genera enfermedades respiratorias como bronquiolitis, neumonía, rinitis y asma, consecuencia de alérgenos de los ácaros y de esporas de hongos generados por la humedad, incluso luego de excluir el tabaquismo y los factores socioeconómicos” (Ceballos-Ramos et al 2015).

El déficit habitacional y de infraestructura se completa con numerosos basurales a cielo abierto, la contaminación de la cuenca del Matanza y la falta de obras hídricas para los 17 arroyos que recorren el distrito que tienen por consecuencia las persistentes inundaciones. El año pasado sufrimos la peor inundación en años, que dio lugar a 5 mil evacuados y 20 mil inundados.

Por Juan RomeroJuan Cruz y Rodrigo Romero

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