Después de 23 días de inestabilidad, por primera vez el Gobierno respiró aliviado. Las restricciones cambiarias que ayer puso en marcha el presidente Mauricio Macri tuvieron el efecto buscado: el dólar cayó 3,5 pesos, a $58,41, casi 5,8% debajo del cierre del viernes, aunque con muy bajo volumen de operaciones. Las acciones líderes de la Bolsa subieron 6,45%.
Si bien ayer hubo tranquilidad en la Casa Rosada, las dudas siguen: continuaron los retiros de depósitos en dólares y las reservas cayeron US$954 millones. Hoy será un día clave: habrá un panorama más completo de los efectos del plan cuando Wall Street dé su veredicto tras el feriado de ayer en Estados Unidos. Recién después el Gobierno comenzará a hablar de un principio de estabilización. Macri siguió atentamente toda la jornada y estuvo en comunicación constante con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza.
En el cierre del día, después de hacer un balance con la mesa política, todo fue desahogo. «Se hizo una evaluación sobre los buenos efectos de las medidas y hay confianza en que esto se va a ir consolidando», dijo a LA NACION el candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto.
Ayer los mercados respondieron favorablemente a las restricciones en el mercado cambiario-rebautizado oficialmente como «paraguas cambiario»- que anunciaron el domingo el Ministerio de Hacienda y el Banco Central (BCRA) y que incluyen límites mensuales a la compra y transferencia de dólares por parte de personas humanas.
Aunque hubo más gente de lo habitual en los bancos -e importantes retiros de depósitos en dólares-, no hubo desbordes. Con poco volumen en el mercado y sin intervención del BCRA, la divisa cerró a $58,41 -una retracción de 5,8% con relación al viernes-, como una reacción directa a las restricciones, que también incluyeron la decisión de obligar a los exportadores a reducir el plazo de liquidación de sus divisas en el país. Una buena señal fue la notable baja de los contratos de dólar futuro, que también mostraron una baja considerable. Sin embargo, la noticia negativa fue la vuelta a escena de las cotizaciones paralelas: el dólar blue, el contado con liquidación y el llamado «dólar bolsa».
Más allá de eso, el mercado de acciones también reaccionó positivamente. El Merval, índice líder, terminó con un avance de 6,45%, lo que puede ser un buen anticipo de cómo pueden moverse las acciones argentinas (ADR) hoy en Estados Unidos.
Cerca del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, calificaron la jornada como «un buen día», sobre todo por las preocupaciones que ya se habían extendido entre los ahorristas en torno a los bancos y en el propio Gobierno en términos del «pánico» que podrían haber instalado las nuevas regulaciones. «El dólar se desplomó. No hay que cantar victoria, pero fue un buen día. Ahora hay que trabajar para que esto sea estable y sostenible. Vamos a ver cómo abre mañana [por hoy] y cómo se mueve todo con Wall Street abierto», indicaron en el Palacio de Hacienda a LA NACION.
«Es preservar las reservas poniendo límites a la eventual dolarización, pero con absoluta libertad de disponibilidad del patrimonio de los argentinos», dijo Lacunza ayer en conferencia de prensa al mediodía, tras la reunión de gabinete en la Casa Rosada. «Eso es intocable», estimó sobre los depósitos en los bancos. Calificó la decisión oficial de «medidas incómodas y de emergencia, aunque necesarias para evitar males mayores». El ministro de Hacienda dijo que estima que las medidas «van a funcionar» y el dólar estará «estable en ese rango de precios», por el dólar que había anticipado anteayer, a $61.
Lacunza afirmó que no está definido el desembolso de los US$5400 millones que debería girar el Fondo Monetario Internacional (FMI) en septiembre. Aseguró que el Gobierno «cumplió con todos los requerimientos y los compromisos fiscales y monetarios, tanto cuantitativos como cualitativos». Sin embargo, cerca de su despacho anticiparon que aún no hay fecha para la quinta auditoría.
Las presentaciones públicas de Lacunza fueron celebradas en la Casa Rosada. «Llegó en el momento justo», dijo un hombre de confianza del Presidente. «Es muy importante el ministro que transmite a la sociedad la necesidad de tranquilidad», resaltó Pichetto.
Por su parte, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, informó que «la intervención del Central en el mercado de cambios fue nula», pese a que se estimaba que la entidad iba a intervenir más agresivamente. «A pesar de la volatilidad de las últimas semanas, el sistema financiero está sólido», reafirmó.
Tanto Lacunza como Sandleris volvieron a enfatizar la necesidad de lograr consensos básicos con la oposición para minimizar la volatilidad del tipo de cambio. Se trata de un cambio en el discurso que el Gobierno comenzó a promover coordinadamente desde ayer, con la intención de promover señales políticas que ayuden a construir la estabilidad tras las medidas.
Incluso, Lacunza suspendió su presentación del proyecto de ley de reprogramación de la deuda para seguir negociando con referentes económicos de otros espacios, según confirmó el propio ministro.
Por la tarde, en la Casa de Gobierno, Macri se reunió con la mesa política para evaluar el impacto de las medidas. Ahí estuvieron la gobernadora María Eugenia Vidal; el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; el jefe del interbloque en Diputados, Mario Negri; los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Rogelio Frigerio (Interior), y Pichetto, entre otros.
«No hay un problema de liquidez, que la gente esté tranquila. El Presidente ha tomado medidas con un sentido de proteger primero a los argentinos, y en segundo lugar, de garantizar las reservas, un mensaje al mundo y a la oposición», cerró el senador y candidato a vicepresidente del oficialismo.
FUENTE DIARIO LA NACION