“¿Qué diría el mundo si Dios lo hubiera abandonado así?”

 (Pizarnik, Alejandra- Poema “El Ausente”)

 

“Yo no ignoraba que mi espalda era un tiro al blanco en sus diminutos cerebros” (Rosenzvaig, Marcos- “Monteagudo. Anatomía de una revolución”- Editorial Alfaguara- 2016- Pág. 111).

“¡Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio!” (Brecht, Bertold)

 

El desguace de los cuadros intelectuales y otros más perpetrado por las mesnadas de la última dictadura cívico-militar-eclesial tiene como corolario la desideologización, la degradación, la deshumanización, e incluso, la perversión de vastos sectores de la sociedad.

Impactan, en consecuencia, los efectos supra señalados en los ámbitos políticos, sindicales, universitarios y barriales.

Sin embargo, hay quienes se resisten a una cooptación venal que abarca desde nombramientos y ascensos hasta el vulgar cohecho.

Son quienes se levantan y se acuestan siempre con el sol escondido.

Los que pagan impuestos y servicios, escrupulosamente, aunque en sus mesas quedan solo mendrugos.

Quienes apuestan a una educación pública, laica, gratuita y de calidad.

Los que estudian y piensan en un proyecto de país de ciudadanos libres, iguales y solidarios.

Quienes peticionan a las autoridades en un arco variopinto que comprenden desde reclamos formales hasta cortes de ruta.

Pero, siempre aparecen las tentaciones con modalidades proteicas bajo la forma de “planes sociales” u otros tipos de “ayudas”, los cargos, las becas, las adjudicaciones de obras impúdicas….

Son los que visten trajes y camperas de cuero; polleras ajustadas y jeans apretados; huelen a tanto perfume francés para ocultar la podredumbre de la corrupción que es directamente proporcional esa mezcla de aromas.

LA ÉTICA NO ADMITE MATICES.

QUIEN COMPARTE UNA REUNIÒN, SE SIENTA A LA MESA O APRIETA LAS MANOS DE UN CORRUPTO, TAMBIÉN LO ES.

SIMETRÍA CORRUPTA, EN OTRAS PALABRAS.

Sobran los ejemplos, de todos colores y sabores políticos sindicales.

En Tucumán, verbigracia, el nivel de obsecuencia e indecencia llega al extremo de hacerle creer a JUAN LUIS MANZUR que es elegante y tiene cabellos ensortijados.

En definitiva, son los que dejan caer sus brazos para recibir los mismos “denarios” que Judas o los que niegan tres veces sus orígenes humildes, como Pedro, o los que olvidan las enseñanzas de Bertold Brecht para quien: “EL PEOR DE LOS BANDIDOS ES EL POLÌTICO CORRUPTO”.

 

                           DR GUSTAVO MORALES

                           Abogado Penalista

                           MP 3924

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