Defendamos el valor de la palabra Cuando se hace evidente que el voto popular no vale nada, se cae en la desesperanza. Y es tarea de todos los que integramos la vida democrática de nuestra ciudad, provincia y nación, proteger la representatividad y hacer valer los derechos de quienes eligen a través del voto libre a sus autoridades, pero, sobre todo, debemos defender el valor de la palabra.

Hoy la localidad de Añelo transita un vacío de poder. El Concejo Deliberante no tiene por estos días autoridades que le permitan funcionar, con lo cual, se vive una situación inédita: Uno de los poderes del estado, el poder legislativo, del cual emanan las normas que rigen en nuestra comunidad, no puede trabajar.

Durante la mañana de hoy recibimos la contestación del Superior Tribunal de Justicia de la provincia del Neuquén, suspendiendo la resolución 85, a través de la cual en sesión preparatoria se nombraron las nuevas autoridades del Concejo Deliberante el pasado 26 de febrero. En aquella oportunidad la presidencia de este cuerpo recayó en mi persona, al ser parte de la alianza política que participó junto al partido gobernante en la localidad. La Constitución provincial lo permite explícitamente y la documentación existente lo avala.

Cada vecino y cada vecina sabe que participamos como alianza del partido gobernante. Lo sabe también la justicia electoral de la provincia, la cual nos aceptó como tal en su momento y lo saben el intendente y los concejales del partido gobernante por cuanto saben de sobremanera que los votos que aportamos permitieron la victoria de nuestro intendente. Entonces si todos sabemos de qué estamos hablando, se hace necesario apelar a lo que nos sostiene como personas ajustadas a un estado de derecho. Apelamos a la palabra. No está bien desconocer los compromisos asumidos. No está bien firmar con la mano y borrar con el codo.

Por lo tanto, hoy reafirmamos a nuestra comunidad que jamás existirán argumentos válidos para desconocer la elección libre de un pueblo. Seguiremos trabajando fuertemente por el respeto a una institución base de nuestra democracia como lo es el Concejo Deliberante.

Si cada vecino de nuestra ciudad ve dificultada la respuesta de esta institución, si su voto no se respeta tras dos años de gestión municipal, entonces vemos que el derecho de cada uno de los habitantes de Añelo, tiene un serio riesgo de verse afectado. Todos somos iguales ante la Ley. Debemos creer que es así, aunque hoy tengamos que luchar para que así sea. Fernando Banderet UNION POPULAR AÑELO

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